miércoles, 19 de noviembre de 2008

Gasolina, ¿hidrocarburos lineales o ramificados?

La gran demanda de gasolina hace insuficiente la obtenida por destilación del petróleo. Por eso ha sido necesario idear un procedimiento para convertir los hidrocarburos de cadena larga en otros de cadena más corta, correspondiente a la gasolina. Este proceso de ruptura de cadenas se llama cracking o craqueo y tiene lugar a temperatura de unos 500 ºC, en ausencia de oxígeno y con catalizadores adecuados. El resultado es una mezcla principalmente de alcanos de cadena corta y alquenos.


Se ha demostrado que los hidrocarburos de cadena lineal poseen un índice de octano más bajo que los no saturados y los de cadena ramificada, por lo que, para mejorar el rendimiento de una gasolina, se trata de elevar el índice de octano, sometiéndola a un nuevo proceso de craqueo, llamado reformado, que consigue transformar las cadenas lineales en ramificadas.


El índice de octano se utiliza para medir el poder antidetonante de una gasolina. Cuando en un motor la gasolina se inflama antes de que el pistón llegue al final de su recorrido, se produce la detonación. Este fenómeno, que es muy perjudicial, se evita utilizando hidrocarburos ramificados, que se queman mas lentamente.
El índice de octano es una escala arbitraria, en cuyos extremos se sitúan el n-heptano y isooctano. Al primero se le asigna un poder antidetonante de 0 y al segundo de 100.
Así, por ejemplo, si una gasolina es de 90 octanos, quiere decir que detona lo mismo que una mezcla de 90% de isooctano y de 10% de n-heptano.


Para mejorar el índice de octano se añaden a la gasolina algunos compuestos. Las gasolinas actuales ("sin plomo") utilizan éteres como antidetonantes; por ejemplo , el metil-butiléter:
CH3-C(CH3) 2-O-CH3
Además, se agregan aditivos como ciertos compuestos de plomo, que hacen que la gasolina adquiera un índice de octano próximo a 100.

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